divendres, 24 d’octubre del 2008

3. El exilio entre abril y mayo de 1938

Después de los primeros días de abril que vieron la llegada de numerosos grupos de exiliados, retornó brevemente la calma en los valles de Salau y de Ustou. Las tropas franquistas habían ocupado la carretera principal, tanto en el valle de Àneu como en el de Arán y habían llegado a la frontera en Lès, pero en cambio no controlaban todavía amplias zonas del Naut Aran. De nuevo las breves notas de los periódicos y semanarios del Ariège nos informan de la situación que se vivía en el Pallars, con algunas zonas ocupadas por los rebeldes, otras en reorganización republicana y zonas que no estaban ocupadas por nadie, como las riberas de Alós y de Montgarri. A finales de abril y principios de mayo de 1938, llegaban de nuevo grupos de refugiados. Los gendarmes y el periodista constatan que, a pesar de la ocupación franquista había un goteo de refugiados que continuaba llegando. Este hecho interesó al periodista de La Dépêche ya que a menudo llegaban de zonas ya ocupadas y quería saber si se habían cumplido los augurios de atrocidades que le explicaron los primeros refugiados, los que huyeron antes de la llegada de las tropas franquistas. El goteo de exilios mostraba que la ocupación militar fascista no alcanzaba el control total del territorio.

"En el momento de la ocupación de los valles del rio Noguera-Pallaresa y de Arán, asistimos al paso en masa en Sant-Girons de centenares de niños, mujeres, viejos y milicianos, que huían ante el horror de los combates. Desde hace ocho días hemos asistido al éxodo de otros refugiados que huyen de lo que llaman las atrocidades del ejército de Franco. Son mayoritariamente jóvenes, que según ellos mismos confiesan, se escondían esperando el retorno de las fuerzas republicanas. No volviendo rápido estas fuerzas y con las brigadas navarras de depuración sobre el terreno, los antifascistas huyen. Entre estos refugiados hay algunos viejos, son "concejales" o "alcaldes" del régimen republicano, y se entiende muy bien que esta buena gente no espere para hacer el traspaso de poderes a las nuevas autoridades franquistas. El terror reina en toda esta región; a los horrores de la guerra civil se añaden las denuncias y las venganzas personales" (Le réveil Saint-Gironnais, 05/05/1938)

"La tarde del 30 de abril, 18 refugiados de los alrededores de la frontera española llegaron a Seix. Había hombres, mujeres y niños. Entre ellos se encontraban dos peones de nacionalidad portuguesa, llamados F. Domingo y F. Montalbe [Se refiere a Domingo Fernandes y Francisco Gonsalves].
Preguntado el primero, que habla bien el dialecto de los vecinos de nuestra frontera, ha contestado como sigue a las preguntas que hemos hecho: "Yo estaba cerca de Esterri, después de cinco años, donde estoy casado y soy padre de dos criaturas. He dejado a mi familia para buscar trabajo, ya que allí no hay nada, ni pan, ni vino, ni vestidos. Las tropas nacionalistas ocupan la región desde hace unos 20 días. Hay en Esterri 4 o 5 mil hombres: italianos, alemanes, españoles y moros, bajo las órdenes de un comandante. Nos han obligado a trabajar para ellos gratuitamente. A mí me llevaron al valle de Arán para recoger armas y municiones abandonadas. Los que se negaban a hacerlo eran amenazados con una pistola". Le preguntamos si ha habido combates en el alto valle de la Noguera y si ha habido atrocidades cometidas por los moros, sobre las mujeres especialmente. Nuestro informante responde: "No ha habido ningún combate en la región de Esterri, ya que los republicanos españoles no han opuesto ninguna resistencia. No he oído hablar de abusos sobre la gente; en concreto no he oído decir que mujeres jóvenes hayan sufrido violencias, como se habría producido en otros lugares". Nuestro interlocutor asegura que ninguna carretera se encuentra cortada en los alrededores de la frontera, por encima del pueblo de Alós, entre Alós y el puerto de Salau, no encontró ningún servicio de control (La Dépêche, 01 y 02/05/1938) [Estos dos refugiados formaban parte de un grupo de mineros portugueses que hacía años que trabajaban en las obras de la carretera de Esterri en Alós. A pesar de sus afirmaciones un minero portugués ya había sido asesinado el 17 de abril de 1938]

"La tarde del miércoles [04/05/1938] 23 refugiados, hombres, mujeres y niños llegaron a Seix, procedentes de Couflents. Habían entrado en Francia por el puerto de Salau. Todos estos extranjeros son originarios de las localidades vecinas de nuestra frontera: Esterri y Alós. Preguntados sobre los motivos reales de su éxodo todos son unánimes al reconocer que la vida se ha vuelto extremadamente difícil en la Península Ibérica en los últimos meses: «Todo -nos comenta uno de ellos- es requisado por el ejército. Ya no es posible encontrar lo necesario para vivir y vestirse. En el alto valle de la Noguera la vida se ha convertido en imposible». Otro añade: «Yo soy de Esterri donde desde la llegada de los soldados de Franco, estamos vigilados como delincuentes. Además las gallinas y los conejos desaparecen durante la noche. Con o sin pruebas se acusa a los soldados». La mayor parte pensaban que se podrían quedar en Francia, habían oído decir que tendrían que escoger libremente entre Franco y la república pero no se lo habían creído" (La Dépêche, 06/05/1938)